Casualmente "santôsha" es también la séptima norma del "Código de etica del yôgin", que habla sobre el contentamiento.
El yôgin cultiva naturalmente el arte de extraer o encontrar contentamiento y alegría en todas las situaciones.
La alegría es saludable y nos predispone a una vida larga y feliz. Esta esculpe nuestra fisonomía para que denote más juventud y simpatía. Cautiva y abre puertas que, sin ella, nos costaría más esfuerzo abrir. La alegría puede conquistar amigos sinceros y preservar las amistades antiguas. ¡Hasta puede salvar casamientos!
Es por eso que DeRose dice (y yo estoy completamente de acuerdo) que un practicante de Yôga sin alegría es inconcebible. Si el Yôga trae felicidad, la sonrisa y el comportamiento descontraído son sus consecuencias inevitables.
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