La opción del Yôga Preclásico.

Ya sabiendo que el SwáSthya Yôga es la codificación del Yôga Preclásico, hecha por el Maestro DeRose, usted podría estarse preguntando "¿Por que decidimos trabajar con el Yôga Preclásico? ¿No sería más cómodo trabajar con el Clásico (Yôga de Pátañjali, Ashtanga Yôga) o con alguno más moderno, de los cuales existe bibliografía abundante?"

¿Por qué motivo dedicarnos a una modalidad que se encuentra extinguida incluso en la misma India, y de tan difícil investigación? La respuesta es: el Yôga más antiguo es el mejor, el más auténtico, el más completo, el más fuerte y el más lindo. Aún si no lo fuera constituiría una experiencia fascinante investigar el Yôga Primitivo,  por tratarse de uno de los mas arcaicos patrimonios culturales de la Humanidad, una verdadera excavación de arqueología filosófica.  Es deslumbrante rescatar ese tesoro casi perdido.

Un tesoro perdido, ya que nadie más se dedica a enseñar el Yôga Original. En los días actuales, virtualmente todos prefieren enseñar Yôga Moderno, que es utilitarista. El Yôga Moderno busca llamar la atención todo el tiempo con beneficios, como si las técnicas no valieran nada y fuera necesario prometer alguna ventaja a cambio del esfuerzo del alumno. ¿Qué pensaríamos de un violinista que, en vez de focalizarse pura y simplemente  en el interés del público por el arte de ser violinista, prefiriese apelar a los beneficios terapéuticos de la música? ¿Saldría de allí algún Yehudi Menuhin, alguna Vanessa Mae? El Yôga Antiguo, además de ser una filosofía, es un arte. Debemos practicarlo si ya hay algo dentro de nosotros que nos impulsa hacia él, tal como al artista a pintar.

Fuente: Libro "Orígenes del Yôga Antiguo" del Maestro DeRose, Editora Kier.

En la foto la Instr. Sol Montenegro, directora de la Sede Palermo.