jueves, 15 de mayo de 2008

Necesito practicar porque....

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¡¡¡SHHHHH!!! ¡Por favor no siga!
Si tiene un dolor de espalda: vaya al terapeuta, si tiene problemas con sus articulaciones: vaya al ortopeda, si necesita calmarse y dejar la histeria: ¡vaya al psicólogo!
Entienda algo: el Yôga, o por lo menos el SwáSthya Yôga, no es ningún tipo de terapia.
Practíquelo por puro placer, como practicaría alguna disciplina deportiva o artística.
"En el SwáSthya consideramos un procedimiento más noble ir al Yôga no con la finalidad de beneficios personales, sino impulsado por el mismo motivo que induce al artista a pintar su cuadro: una manifestación espontanea de lo que está en su interior y necesita ser expresado.
Practique Yôga porque le guste, si tiene vocación, si ya está hirviendo en sus venas, ¡no porque precise!
Si un practicante busca exclusivamente algún beneficio, el instructor no logrará enseñarle realmente Yôga, tal como el profesor de ballet no podrá enseñar danza a un alumno que solo quiera perder peso."
Mestre DeRose

Practique por el simple placer de hacerlo, ¡verá que diferencia!

¡Música buena onda!

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Bueno, he tenido que editar este post, por alguna razon "desconocida" pensaba que el disco del que hablaba era del grupo brasileño Shivaratri.
Pero, para mi fortuna ¡ya me dieron el dato correcto!
Este disco llamado "Mantra - SwáSthya Yôga Culture" fue producido por el maestro Edgardo Caramella y la profesora Yael Barcesat en Argentina hace unos años.
Ahi mezclan mantras, que son vocalizaciones de sonidos y ultrasonidos, con música electronica.
¡El disco está buenísimo!
Está en mi selección de música para practicar; los que han tomado clases conmigo probablemente ya los han escuchado.
El asunto es que ayer este disco fue el que me acompañó mientras me tomó dos horas llegar al studio.
Ufff, ¡menos mal que uno tiene la opción de ver las cosas desde otro punto de vista!
Aquí encontré la forma de compartir con ustedes uno de mis favoritos del disco.
¡Está buenísimo!


martes, 13 de mayo de 2008

¿Qué es Yôga? Segunda Parte

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¿Recuerda la definición técnica de Yôga y quién lo creó?
Repasemos antes lo que ya vimos en el post ¿Qué es Yôga?.
Recuerde que Yôga es toda metodología estrictamente practica que conduzca al sámadhi.
Y que el Sámadhi se define como el estado expandido de conciencia (hiperconciencia) y megalucidez que solo el Yôga proporciona.
¿Recuerda el nombre de su creador? Shiva, quien ingresó en la mitología hindú con el título de Natarája o Rey de los bailarines.
Sigamos entonces con el relato de DeRose en el libro Yôga Avanzado:

Esos hechos ocurrieron hace más de 5.000 años al Noroeste de la India, en el Valle del Indo, que era habitado por el pueblo drávida. Por lo tanto, vamos a estudiar los orígenes del Yôga en esa época y localizar su propuesta original, para poder identificar una enseñanza auténtica y distinguirla de otras que estén comprometidas por el consumismo o por la interferencia de modalidades alienígenas e incompatibles. 

Tanto el Yôga como el Tantra y el Sámkhya fueron desarrollados por ese pueblo admirable. Su civilización, una de las más avanzadas de la antigüedad, quedó perdida y enterrada durante miles de años, hasta que los arqueólogos de fines del siglo XIX encontraron evidencias de su existencia y excavaron dos importantes sitios arqueológicos donde descubrieron las ciudades de Harappá y Mohenjo-Daro. Después, fueron surgiendo otras y otras. Hoy ya son miles de sitios, distribuidos por un área mayor que la de Egipto y la Mesopotamia juntos.

Quedaron impresionados con lo que encontraron. Ciudades con una urbanización planificada. En lugar de caminos tortuosos, largas avenidas de hasta catorce metros de ancho, que cortaban la ciudad en el sentido Norte-Sur y Este-Oeste. Entre ellas, calles peatonales, por las cuales no pasaban carros de bueyes. En éstas, las casas de la clase media tenían dos pisos, un atrio interno, instalaciones sanitarias dentro de la casa, y hasta agua corriente. No se olvide de que estamos hablando de una civilización que floreció 3.000 años antes de Cristo.

No era sólo eso. Iluminación en las calles y desagües cloacales cubiertos, juguetes para los niños en los que los carros tenían ruedas que giraban y la cabeza de los bueyes articulada, muñecas con cabellos implantados, imponentes silos que poseían un ingenioso sistema de ventilación, y plataformas elevadas para facilitar la carga y descarga de las carrozas.

En otras culturas del mismo período, las construcciones de los soberanos consistían en opulentos palacios y majestuosas tumbasreales, mientras el pueblo subsistía en chozas insalubres. En la cultura dravídica, por el contrario, el pueblo vivía bien y la arquitectura de la administración pública era simple.

Otra curiosidad fue expresada por Gaston Courtillier en su libro Antiguas Civilizaciones, Ediciones Ferni, página 24, cuando declaró: “Quedamos verdaderamente admirados al no encontrar, en esos tiempos profundamente religiosos, templos o vestigios de estatuas que los poblaran, como fue regla en otros lugares durante toda la antigüedad, ni siquiera estatuillas de adoradores en actitud de oración delante de su divinidad”. Para nosotros eso tiene sentido, ya que sabemos que en la India antigua el Sámkhya tuvo su momento de esplendor. Y en la India preclásica, la variedad Niríshwarasámkhya fue todavía más fuertemente naturalista que el Sámkhya Clásico.

Su sociedad se ha identificado como matriarcal, lo que también es coherente con nuestras fuentes, según las cuales el Yôga surgió en una cultura tántrica.

Cavando más, los arqueólogos descubrieron otra ciudad bajo los escombros de la primera. Para su sorpresa, más abajo, otra ciudad bastante más antigua. Cavaron más y encontraron otra ciudad debajo de ésa. Y otra más. Y otra. Lo que llamaba la atención era el hecho de que, cuanto más profundamente cavaban, más avanzada era su tecnología, tanto en la arquitectura como en los utensilios. Hasta que dieron con una napa de agua y tuvieron que dejar de cavar más profundo. Lo que nos preguntamos es: ¿cuántas otras ciudades habrá allá abajo y cuánto más evolucionadas serán?

Siga viniendo, que todavía falta un mundo más.

En la foto ¡YO! que todavía no tengo site pero que pronto pronto viene. Tomada por Pamela Díaz.

'Tando en eso

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Ahí van las fotos de Manny y Fernan de Control Pilates y swásthya yôgins, 'tando en eso.


lunes, 12 de mayo de 2008

La danza del los swásthya yôgins

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Cada caracterísitica del SwáSthya (diga suássstia) es la que más me gusta.
Podría decir eso sobre sus raíces, los practicantes, la alegría que tenemos todos, la excelencia técnica, en fin... sobre un millón de cosas.
Pero hay algo en particular que no se encuentra en ningún otro tipo de Yôga (como casi todo lo que tiene el SwáSthya) y que fascina hasta al más insensible: ¡sus coreografías!
Esta es la tercera característica del SwáSthya, "el rescate del concepto arcaico de secuencias encadenadas sin repetición".
Es bueno recordar que (como ya expuse en el post ¿Qué es Yôga?), el creador del Yôga, Shiva, entró a la historia con el título de Natarája o Rey de los bailarines. 
¿¡Hay que decir más!?
Para los que piensen que eso de las coreografías es un invento moderno, ¿Qué me dicen del Súrya Namaskára (o a lo que en Occidente se le llama "Salutación al sol" (¡por favor, no traduzca! ¿Quién traduce los nombres de las técnicas en Karate o en Ballet?)?
Resulta que de todas las evidencias encontradas sobre el Yôga, el Súrya Namaskára es una prueba más que enorme de la existencia de secuencias encadenadas, o para entender mejor,  "coreografias".
¿¡Necesita todavía más evidencia!? Salga y busque el libro "Coreografía, la danza de los swásthya yôgins" de la Profesora Anahí Flores.
Pero antes, mire estas coreografías que he agregado en el panel de la derecha del blog o escriba swasthya yoga en Youtube y quierase morir observando como belleza, fuerza, poder y energía se conjugan en una danza.
¡Hasta una próxima y vuelva pronto!

En la foto: Shiva representado como Natarája.

¿Yôgi, yôgin o yôginí?

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Ya sea porque usted practica o por cultura general sepa lo siguiente:
Yôgi: Referente al Yôga. Aplicable también al yôgin que esta identificado y compenetrado en la filosofía del Yôga mediante la práctica exclusiva por un significativo número de años.
Yôgin: El practicante de Yôga.
Yôginí: La practicante de Yôga.
Dese cuenta, la í final acentuada en Yôga indica el género femenino de la palabra.
¡Saludos, saludos, saludos!


Fuente: Libro Yôga Avanzado, del Maestro DeRose.

domingo, 11 de mayo de 2008

50 maneras

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Esto lo encontré leyendo el blog de los chicos de Modafoca.
Una manera inteligente y que le retornará buen karma para quien sea que siga esos consejos y para el resto de la humanidad.
Ya tengo una parte hecha.
¡Haga lo suyo y contribuya a que el planeta sea más verde! ¡Como mi página!
:P:P
Saludos a Ian y a Jorge y gracias por compratir el link.

Menta-lice

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Ok, lo de la menta ya quedó en el blog anterior. Ahora me dispongo a hablar sobre una técnica muy importante utilizada en el SwáSthya Yôga: la mentalización. (¡No confunda jamás mentalizar con meditar (que es también otra técnica utilizada en el SwáSthya)! La primera (mentalizar) utiliza las ondas mentales, en Yôga denominadas "vrittis". Por otro lado, la meditación consiste en DETENER las ondas mentales, en parar de pensar para crear un estado de conciencia expandido.)
Pero bueno, hoy hablemos de la mentalización, que se define como la capacidad que tenemos todas las personas de pensar en algo y de imaginarlo con las formas y colores que queremos.
Todo lo que el ser humano construye conscientemente, tiene origen en el pensamiento. 
La mente humana tiene poder para operar a voluntad en la vida y los acontecimientos futuros; creando arquetipos que predisponen a cambios positivos en todos los aspectos. Todo lo bueno que una persona mentalice con claridad, se realizará a corto plazo y con exactitud.
La mentalización, por ejemplo, es lo que ocurre con los edificios que vemos construidos.
Antes de existir, ese edificio, fue imaginado e ideado (¡mentalizado!) por algún arquitecto, que luego llevo al papel aquellas ideas y finalmente inició su construcción.
Así mismo tenemos todos la capacidad de crear los arquetipos mentales necesarios para conseguir aquello que más queremos.
Mentalice sus objetivos en la vida y aquello que deseé obtener en su cuerpo, en su salud, en su trabajo, en su vida afectiva y familiar; recordando que debe hacerlo siempre a través de afirmaciones positivas, pues estas son más asimilables que las negativas (entiendase por ejemplo, mentalizarce sano en vez de no-enfermo, bello en vez de no-feo y... por supuesto... con una mint-lemonade en vez de sin ella ;) ). 
Aquí unos links donde encontrará un ejercicio guiado por el Maestro DeRose himself. 
¡Aprovéchelo y viva mejor!
Lo puede bajar accesando a www.uni-yoga.com.ar en la sección de "Downloads"

En las fotos el instructor Dwayne Macgowan y la profesora Yael Barcesat ambos en Argentina.

sábado, 10 de mayo de 2008

Mojito Junkie

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Bueno, necesitaba un título que me gustara para este "post" (hahaha, ya casi que me acostumbro al "blog-cabulario").
Pensé "Coma bien y beba mejor" y "La mint-lemônade", pero me gusto más "Mojito Junkie".
Ok, pero el post no es sobre un mojito especificamente, (sepa que el Yôga desaconseja ingerir sustancias toxicas; llámele carnes, alcohol, drogas o como le quiera llamar).
¡El asunto es una refrescura hecha bebida!
Ya estamos entrando en verano y ¡bueno!, no queremos saber que temperaturas nos esperan.
Pero... para combatir el calor matutino, el vespertino y hasta el que acecha en la noche aquí les tengo una fantastica idea: la mint-lemonade. 
La probé por primera vez en la "cantina" de la Sede Palermo de la Uni-Yôga en Buenos Aires y ¡no paro de amarla!
¿Qué necesita?
  • Hojas frescas de menta
  • Agua
  • Limones
  • Azúcar
Y... ¿Qué necesita hacer?
¡Simple! 
Tome las hojas de menta y pongalas a hervir en el agua (como si estuviera haciendo un té). Después de un tiempo en "ebullición" (¡palabra tan fea!) apague el fuego y deje reposar.
Agregue azúcar al gusto y luego zumo puro de limón.
Pruebe antes de servirlo y asegurese que tenga el sabor perfecto.
Sirva con hielo y bien fría.
Otra cosa que puede hacer para hacerlo todavía más refrescante es licuarle algunas hojas frescas, así incluso se verá mejor.
Cuando sus amigos lo prueben y le quieran besar los pies ¡dígales que entren a mi blog!
:P
También si un día sale a algún bar puede pedirle al camarero que le sirva una limonada con unas hojas de menta licuadas y ¡Voila!
¡Abrazos!

Ahh, y por cierto puede sustituir las hojas de menta con cualquier cosa que se le ocurra (jengibre, jazmín, té verde, etc... se acordará de mí).

viernes, 9 de mayo de 2008

Acento circunflejo, así se llama...

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Ya se habrán dado cuenta de que escribo Yôga y no yoga.
Razón: ¡Esa es la manera correcta de hacerlo!
¿Alguien escribiría balé por Ballet?
Nahhhhh....
Aquí la demostración, tomada del libro "La dieta del Yôga" del Maestro Edgardo Caramella y publicada en todos los libros de la Red DeRose.
  

Créditos, créditos y más créditos

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Como entenderán la idea de este blog no fue una "revelación divina" ni mucho menos.
La idea surge después de haber estado navegando por Facebook y los sitios de instructores de la Red DeRose, así fue que encontré este blog de la instructora Natalia Sanmartín en Buenos Aires.
Después de unos días pensé: "Hum, ¿por qué no armo uno para los que practican aquí también?".
Y después de otros días más me decidí a armarlo.
¡Así fue como surgió la idea!
A lo mejor, después de todo, a alguien eso le parezca una "revelación divina" (LOL)... pero... ¡es simplemente como sucedieron las cosas!
Chequeense el blog de Natalia en http://yogaantiguo.wordpress.com , ¡está bien bueno!
(Digo, ¡obvio que está bien bueno, ¿quién pondría en duda mi buen gusto?! :P ) 
Abrazos

jueves, 8 de mayo de 2008

¿Qué es Yôga?

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Obviamente lo primero es lo primero.
Antes de publicar cualquier artículo (o debería decir "hacer un posteo"??) definamos honestamente qué-es-Yôga.
La definición mas aceptada en congresos internacionales, propuesta por el Maestro DeRose, codificador del SwáSthya Yôga es: Yôga es cualquier metodología estrictamente práctica que conduzca al samádhi
Samádhi es una palabra en sánscrito, lengua muerta de la India, que no tiene traducción exacta en las lenguas modernas y denomina al estado expandido de conciencia, de megalucidez que constituye la meta principal del Yôga.

En todos los textos de la India antigua, el Yôga desde sus orígenes, hace 5000 años, es clasificado como filosofía práctica, como un dárshana (punto de vista) del hinduismo.

Por eso el Yôga autentico nada tiene que ver con gimnasia, educación física ni religión.

En el libro Yôga Avanzado, DeRose, con su particular manera escribir, nos cuenta como surge esta filosofía que cada día atrae mas practicantes. Aquí un fragmento del texto:

Cierta vez un famoso bailarín improvisó algunos movimientos instintivos, pero extremadamente sofisticados gracias a su virtuosismo y, por eso mismo, lindísimos. Ese lenguaje corporal no era propiamente un ballet, pero sin duda había sido inspirado en la danza.

La arrebatadora belleza de la técnica emocionaba a cuantos asistían a su expresividad y la gente pedía al bailarín que le enseñase su arte. Él así lo hizo. Al comienzo, el método no tenía nombre. Era algo espontáneo, que venía de adentro, y sólo encontraba eco en el corazón de aquéllos que también habían nacido con el galardón de una sensibilidad más refinada. Los años fueron pasando y el gran bailarín consiguió transmitir buena parte de su conocimiento. Hasta que un día, mucho tiempo después, el Maestro pasó a los planos invisibles. Su arte, sin embargo, no murió. Los discípulos más leales lo preservaron intacto y asumieron la misión de retransmitirlo. Los alumnos de esa nueva generación comprendieron la importancia de ser también instructores y de no modificar, no alterar nada de la enseñanza genial del primer Mentor.

En algún momento de la Historia ese arte tomó el nombre de integridad, integración, unión: ¡en sánscrito, Yôga! Su fundador ingresó en la mitología con el nombre de Shiva y con el título de Natarája, Rey de los Bailarines.

Esos hechos ocurrieron hace más de 5.000 años al Noroeste de la India, en el Valle del Indo, que era habitado por el pueblo drávida. Por lo tanto, vamos a estudiar los orígenes del Yôga en esa época y localizar su propuesta original, para poder identificar una enseñanza auténtica y distinguirla de otras que estén comprometidas por el consumismo o por la interferencia de modalidades alienígenas e incompatibles. 

Imagínese usted si hechos más recientes han sido deturpados de como originalmente fueron concebidos, ¿¡qué no habrá pasado con el Yôga que tiene más de 5,000 años!?
Más adelante veamos más sobre esta riquísima filosofía.
Por ahora abrazos a todos!

En la foto de arriba Adriana Bruer, instructora de SwáSthya Yôga en Buenos Aires, foto por Alejandra Buraschi. (Agradecimientos a Pedro Estela por facilitarlas).

¿Cultura o Cooltura?

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Ok, elegir el nombre para el blog no fue tan fácil como haberse decido a armarlo.
Y aparentemente no fue tan difícil como hacer el primer "posteo".
Pero aquí estamos; en algo que ya tenia unos días pensando: crear un blog para aquellos interesados en conocer más  acerca del Yôga, especificamente sobre el SwáSthya, Yôga Antiguo, el mas aunténtico y completo de todos!

Bienvenidos alumnos, practicantes, entusiastas y cibernautas!
;)

Gracias a Joy y a Cesar por ayudarme con el nombre!