martes, 13 de mayo de 2008

¿Qué es Yôga? Segunda Parte

¿Recuerda la definición técnica de Yôga y quién lo creó?
Repasemos antes lo que ya vimos en el post ¿Qué es Yôga?.
Recuerde que Yôga es toda metodología estrictamente practica que conduzca al sámadhi.
Y que el Sámadhi se define como el estado expandido de conciencia (hiperconciencia) y megalucidez que solo el Yôga proporciona.
¿Recuerda el nombre de su creador? Shiva, quien ingresó en la mitología hindú con el título de Natarája o Rey de los bailarines.
Sigamos entonces con el relato de DeRose en el libro Yôga Avanzado:

Esos hechos ocurrieron hace más de 5.000 años al Noroeste de la India, en el Valle del Indo, que era habitado por el pueblo drávida. Por lo tanto, vamos a estudiar los orígenes del Yôga en esa época y localizar su propuesta original, para poder identificar una enseñanza auténtica y distinguirla de otras que estén comprometidas por el consumismo o por la interferencia de modalidades alienígenas e incompatibles. 

Tanto el Yôga como el Tantra y el Sámkhya fueron desarrollados por ese pueblo admirable. Su civilización, una de las más avanzadas de la antigüedad, quedó perdida y enterrada durante miles de años, hasta que los arqueólogos de fines del siglo XIX encontraron evidencias de su existencia y excavaron dos importantes sitios arqueológicos donde descubrieron las ciudades de Harappá y Mohenjo-Daro. Después, fueron surgiendo otras y otras. Hoy ya son miles de sitios, distribuidos por un área mayor que la de Egipto y la Mesopotamia juntos.

Quedaron impresionados con lo que encontraron. Ciudades con una urbanización planificada. En lugar de caminos tortuosos, largas avenidas de hasta catorce metros de ancho, que cortaban la ciudad en el sentido Norte-Sur y Este-Oeste. Entre ellas, calles peatonales, por las cuales no pasaban carros de bueyes. En éstas, las casas de la clase media tenían dos pisos, un atrio interno, instalaciones sanitarias dentro de la casa, y hasta agua corriente. No se olvide de que estamos hablando de una civilización que floreció 3.000 años antes de Cristo.

No era sólo eso. Iluminación en las calles y desagües cloacales cubiertos, juguetes para los niños en los que los carros tenían ruedas que giraban y la cabeza de los bueyes articulada, muñecas con cabellos implantados, imponentes silos que poseían un ingenioso sistema de ventilación, y plataformas elevadas para facilitar la carga y descarga de las carrozas.

En otras culturas del mismo período, las construcciones de los soberanos consistían en opulentos palacios y majestuosas tumbasreales, mientras el pueblo subsistía en chozas insalubres. En la cultura dravídica, por el contrario, el pueblo vivía bien y la arquitectura de la administración pública era simple.

Otra curiosidad fue expresada por Gaston Courtillier en su libro Antiguas Civilizaciones, Ediciones Ferni, página 24, cuando declaró: “Quedamos verdaderamente admirados al no encontrar, en esos tiempos profundamente religiosos, templos o vestigios de estatuas que los poblaran, como fue regla en otros lugares durante toda la antigüedad, ni siquiera estatuillas de adoradores en actitud de oración delante de su divinidad”. Para nosotros eso tiene sentido, ya que sabemos que en la India antigua el Sámkhya tuvo su momento de esplendor. Y en la India preclásica, la variedad Niríshwarasámkhya fue todavía más fuertemente naturalista que el Sámkhya Clásico.

Su sociedad se ha identificado como matriarcal, lo que también es coherente con nuestras fuentes, según las cuales el Yôga surgió en una cultura tántrica.

Cavando más, los arqueólogos descubrieron otra ciudad bajo los escombros de la primera. Para su sorpresa, más abajo, otra ciudad bastante más antigua. Cavaron más y encontraron otra ciudad debajo de ésa. Y otra más. Y otra. Lo que llamaba la atención era el hecho de que, cuanto más profundamente cavaban, más avanzada era su tecnología, tanto en la arquitectura como en los utensilios. Hasta que dieron con una napa de agua y tuvieron que dejar de cavar más profundo. Lo que nos preguntamos es: ¿cuántas otras ciudades habrá allá abajo y cuánto más evolucionadas serán?

Siga viniendo, que todavía falta un mundo más.

En la foto ¡YO! que todavía no tengo site pero que pronto pronto viene. Tomada por Pamela Díaz.

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