jueves, 30 de octubre de 2008

La diferencia entre quien "hace Yôga" y quien es un yôgin.

Siempre he sabido que hay quienes hacen Yôga únicamente una, dos, o tres horas a la semana y quienes realmente son yôgins, que aprenden en la práctica y asocian lo aprendido a su vida diaria. Los segundos, normalmente son los que observan una alimentación libre de sufrimiento, una reeducación de las emociones y pensamientos siempre saludables.
Entonces, hojeando el "Yôga Avanzado" del Maestro DeRose es como encontré un texto en el que él habla sobre lo que me movió ha hacer este post. 
En el texto, DeRose explica que hay una gran diferencia entre quien toma clases de piano y quien es un pianista. El primero va a la escuela de música, aprende unas notas, se da por satisfecho al extraer algunos sonidos del noble instrumento, paga y se va. El que tiene la aspiración de ser un pianista va a su casa y entrena horas y horas. Lee libros sobre el asunto. Participa de eventos. Da recitales. Se involucra. Se compromete. Hace de eso su razón de vivir.
Eso es así con cualquier cosa. Con el Yôga también. Quien solo practica Yôga no es forzosamente un yôgin. Solo es un yôgin aquel que penetra profundo, en cuerpo y alma, en la filosofía de vida que el Yôga preconiza. Aquel que en su vida particular sigue un programa de compromiso e identificacion total, a tiempo completo.
En la foto el instructor Sandro Nowacki, director de la Sede Bela Vista en Porto Alegre, Brazil.

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