miércoles, 21 de enero de 2009

Diga "libre de carnes", ¡jamás vegetariano!

Seamos claros... El Yôga recomienda el vegetarianismo como su sistema alimentario. Se debe, con todo, evitar rotularse, ya que las personas menos cultas piensan que un vegetariano sólo ingiere ensalada (¡eso es lo que el vegetariano menos aprecia!). O que el vegetariano come carnes... ¡blancas! 

Como el vegetarianismo auténtico casi no tiene diferencia con la alimentación común, a no ser por la ausencia de animales muertos, sugerimos que el interesado en seguir tal experiencia no se rotule. En cualquier restaurante, pizzería o hasta en parrillas, simplemente pida lo que desee. Jamás, pero jamás, pronuncie la palabra mágica "vegetariano". Es como si, al pronunciarla, estuviese invitando a los presentes a debatir o bromear. 

Y nada de enredar con otros sistemas. Constituye una gaffe imperdonable invitar a un practicante de Yôga a una comida macrobiótica: ésta es nada menos que la corriente alimentaria más agresivamente opuesta al sistema nutricional del Yôga.

Para los practicantes de Yôga el sistema alimentario más adecuado es el lacto-ovo-vegetariano, que incluye lácteos, huevos y vegetales.

Mezclar con algún otro sistema afecta directamente sobre el desempeño técnico... como afectaría a un nadador llevar la dieta de un fisiculturista o viceversa.

Hay muchísimo más información sobre este tema. Si quiere conocer más busque el libro "La dieta del Yôga" del Maestro Edgardo Caramella donde explica bien detalladamente cual es la alimentación preconizada por el Yôga y tiene incluso un recetario con ¡108 ricas recetas! En Santo Domingo lo pueden encontrar en Cuesta Centro del Libro; en el studio hay algún ejemplar que pueden tomar en préstamo.

Fuente: Libro "Todo sobre Yôga" del Maestro DeRose. Foto tomada de una publicidad utilizada por SwissMilk, buena ¿no?

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