
lunes, 30 de junio de 2008
Prána, la energía vital...

Geografías (in)visibles
domingo, 29 de junio de 2008
A los viejos amigos...

viernes, 27 de junio de 2008
Experimentando...
¡Fin de semana!

martes, 24 de junio de 2008
Ásana, la magia del movimiento...

¡La magia del movimiento
que encanta al espíritu en un
llamado a la belleza,
creando obras de arte corporal,
generando esculturas vivientes,
que brotan unas de otras
encadenadas por un sutil hilo de
continuidad
y de armonía indescriptible!
Así como el escultor,
desbastando el bloque de piedra fría,
hace surgir la ópera prima que
yacía en su interior,
de la misma forma el yôgin se
transfigura y
deja aflorar obra y artista
en la ejecución coreográfica de esa
danza milenaria.
¡Eso es ásana!
-Maestro DeRose, Yôga Avanzado, Editorial Kier
Foto: Prof. Yael Barcesat por Alejandra Buraschi.
Cooltura actual
domingo, 22 de junio de 2008
Un 10 para YÔGA 10

Si quieres comes, y si no las dejas...

Ingredientes
2 tazas de lentejas hervidas
3 dientes de ajo picados
1 cucharada de perejil picado
1 tomate cortado en cubitos pequeños
1 limón exprimido
Aceite de Oliva
Sal marina
Curry
Preparación
Mezcle todos los ingredientes en una ensaladera y aderece al gusto.
Aproveche estos días calurosos y dése vida con ésta receta tomada del libraso "La dieta del Yôga" del Maestro Edgardo Caramella, que, aparte de sabrosa, es bastante nutritiva.
Entonces, ¿Qué es el SwáSthya Yôga?
Bien, ya explicamos y vimos un poco sobre la historia del Yôga.
Pero... ¿Qué es eso de SwáSthya Yôga?
Para saber: swásthya (pronúncie suássstia) es un término sánscrito que quiere decir autosuficiencia, salud, bienestar, comfort y satisfacción. Es el nombre de la sistematización del Yôga Antiguo, Preclásico, del que hablamos en los primeros posts sobre ¿Qué es Yôga?, y... dicho sea de paso es uno de los más completos del mundo (¡ya veremos por qué!).
En una practica ortodoxa de SwáSthya usted estaría practicando Ásana Yôga, Rája Yôga, Bhakti Yôga, Karma Yôga, Jñána Yôga, Layá Yôga, Mantra Yôga y Tantra Yôga, así como los elementos constitutivos de las subdivisiones más modernas nacidas de esas ramas, tales como el Hatha Yôga, Kundaliní Yôga, Kriyá Yôga, Dhyána Yôga, Mahá Yôga, Suddha Rája Yôga, Ashtánga Yôga, Yôga Integral y muchos otros.

El hecho es que jamás alguien se había detenido a estudiar el Yôga primitivo del pueblo drávida, que floreció en Mohenjo Daro, en el valle del Indo, al noroeste de la India. Los actuales hindúes son descendientes de los invasores arios que llegaron miles de años después y subyugaron a los drávidas como ya vimos en los posts anteriores. A partir de entonces, todo lo que se refería a la cultura dravídica fue condenado a la exclusión y al olvido. El Yôga sobrevivió gracias a su arianización, lo que equivale a decir, gracias a su deturpación. Mediante la inversión diametral de los valores comportamentales antes vigentes en el Yôga, se adaptó dejando de ser tántrico para ajustarse al nuevo orden brahmácharya, y así fue aceptado por los arios victoriosos en la gran guerra de invasión.
Por eso, cuando DeRose presentó la primera codificación mundial del Swásthya Yôga, se produjo una especie de revolución en la historia del Yôga. Lo más interesante es que todos los hechos sobre los cuales trabajó eran datos conocidos y publicados hacía tiempo en obras bien conceptuadas sobre Historia, Arqueología, Antropología, Yôga, Sámkhya, etc. Si tuvo algún mérito, fue apenas el de combinar esas informaciones de forma tal que nadie pudiese negar sus conclusiones.
En lo adelante veremos más sobre ese Yôga tan especial y completo.
Puede encontrar más información en los libros "Todo sobre Yôga" y "Yôga Avanzado" del Maestro DeRose.
En la foto Adriana Bruer, instructora en Argentina, por Alejandra Buraschi.
lunes, 16 de junio de 2008
¡Feel good!
viernes, 13 de junio de 2008
¡Piteeeeerrrrrrrr!
Imagínese usted...

jueves, 12 de junio de 2008
Clases de Yoga en Santo Domingo
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yoga.com.do

martes, 10 de junio de 2008
Lloga, yoga, ioga, joga o... ¿Yôga?
¿Qué es Yôga? Tercera parte

Bien, fue en esa civilización donde surgió el Yôga. Una civilización tántrica (matriarcal) y sámkhya (naturalista).Cerca de 1.500 años después, la Civilización del Valle del Indo fue invadida por un pueblo sub-bárbaro proveniente de la Europa Central, los áryas o arios. Consta en la historia actual que éstos subyugaron a los drávidas, destruyeron su civilización, absorbieron parte de su cultura, exterminaron a casi todos los vencidos y esclavizaron a los pocos sobrevivientes. Otros huyeron, migrando hacia el extremo sur de la India y Srí Lanka, donde viven hasta hoy sus descendientes, que constituyen la etnia tamil.
El Yôga fue producto de una civilización no guerrera, naturalista y matriarcal, que más o menos a partir de 1.500 a.C. fue absorbida por otro pueblo que era su opuesto: guerrero, místico y patriarcal. Cerca de mil doscientos años después de la invasión (lo que no es poco), el Yôga fue formalmente arianizado mediante la célebre obra de Pátañjali, el Yôga Sútra. Se inauguraba así una relectura del Yôga que, a partir de entonces, pasaría a ser conocido como Yôga Darshana, o Yôga Clásico, y que proponía nada menos que lo opuesto a la propuesta comportamental del verdadero Yôga en sus orígenes dravídicos. El Yôga de los drávidas era matriarcal, sensorial y desrepresor; en una palabra: era tántrico. La nueva interpretación arianizada era patriarcal, antisensorial y represora, o sea, brahmácharya.
Lo más interesante de ese proceso de deturpación es que, de no haber sido por Pátañjali, el Yôga habría desaparecido de los registros históricos. Gracias a él, que obviamente era bien intencionado y sabio, hoy sabemos de la existencia de su codificación del Yôga Clásico. Los arios discriminaban todo lo que fuese típicamente dravídico, debido a las características matriarcales, consideradas subversivas por su sociedad estrictamente patriarcal. Adaptando el Yôga a la realidad aria vigente entonces, Pátañjali logró que la sociedad y los poderes constituidos de la época lo aceptasen, y así esa tradición llegó hasta nuestros días.
En la Edad Media el Yôga sufrió otra grave deformación, cuando el gran Maestro de filosofía Vêdánta, Shankaráchárya, convirtió a gran parte de la población. Ese hecho se reflejó en el Yôga, pues una vez que la mayoría de los indios se volvió vêdánta, la opinión pública y sus líderes confirieron un formato espiritualista4 al Yôga que, desde los orígenes y aun en el período clásico, estaba fundamentado en la filosofía Sámkhya, naturalista.
En el siglo XX el Yôga sufrió otro duro golpe: fue descubierto por Occidente... y, claro, fue occidentalizado. Se volvió utilitario, consumista, algo amorfo, feo y monótono.
Un Yôga legítimo es lindo de observar, fascinante de practicar y excelente como filosofía de vida. Es dinámico, es fuerte, es para gente joven. Todos los que nos visitan y asisten al video de presentación del método quedan boquiabiertos y comentan lo mismo: ¡imaginaban que el Yôga era algo estático, al punto de requerir paciencia, o algo supuestamente indicado para la tercera edad! Ahora, si alguien en la tercera edad resuelve iniciar la práctica de un Yôga verdadero, corre el riesgo de tener un síncope. Y si se trata de un Yôga no auténtico, fruto de sucesivas simplificaciones, adaptaciones acumulativas y occidentalizaciones inescrupulosas, entonces no vale la pena llamar Yôga a esa anomalía.
El problema es que mucha gente sin certificado de instructor de Yôga se puso a enseñar y, como no tiene repertorio de técnicas, mezcla un poco de gimnasia, otro tanto de esoterismo, algo de hipnosis, un poco de espiritismo, algo del lenguaje del tai-chi, algunos conceptos macrobióticos, todo eso condimentado con atmósfera de terapias alternativas y embalado para consumo en voz melosa, con música new-age. Para el lego, que no tiene una mínima idea de lo que es el Yôga, a no ser una visión estereotipada y falsa, esa miscelánea inverosímil es satisfactoria. Sólo que, del Yôga verdadero, no tiene nada.